Arrastro el carro cargado hasta arriba
por los pasillos del supermercado, mientras,
las niñas juegan a perseguirse y se pelean para ver quien pone las cosas
dentro de él.
Que horror, una cola interminable en la
caja, vaya día que llevo, ahora que ya lo tenemos todo en las bolsas, voy a pagar y no encuentro el
monedero, ni las tarjetas!!! , por favor ahora esto no.
La cajera me dice que vaya a buscar
dinero que me guarda el carro. Salimos disparadas hacia el coche en dirección a
casa, ¿donde esta el maldito monedero?. Miro por el retrovisor y las niñas
juegan a pegarse
-
podéis estaros quietas !!! grito sin éxito.
Quedan 5 minutos para que cierre el
super y si no encuentro el monedero, no
tenemos nada para cenar. Ahora suena insistente el timbre de la puerta, ¿quién
será?.
Abro los ojos, no es el timbre de casa,
es el despertador, son las siete de la mañana, me levanto, atravieso el
pasillo como un zombie, abro el
bolso y ahí dentro esta el monedero. Que me acuerde que esta tarde después de
recoger las niñas tengo que hacer la
compra en el super.